viernes, 16 de septiembre de 2016

LAS PACHOTADAS DEL CARDENAL


Del mismo creador de los Derechos Humanos son una cojudez o la mujer se pone, como en un escaparate, provocando; llega el referéndum para el matrimonio homosexual y la pastilla del día siguiente, cortesía del celebérrimo, excelso y piadoso Juan Luis Cipriani. Celebres frases que, sin duda, no dejan de sorprendernos cada vez que el cardenal aprovecha su pulpito o su espacio radial para meterse en asuntos que atañen únicamente al Estado y que buscan echar más leña al juego en cuestiones que de por sí vienen dividiendo a la opinión pública.

Cipriani ha planteado que le pregunten al pueblo si quiere matrimonio homosexual y que le consulten a la gente más sencilla si desean la pastilla del día siguiente, mostrando nuevamente ese carácter intolerante al que ya nos tiene acostumbrados, pero a la vez un desconocimiento total sobre leyes, tratando de manipular a la ciudadanía, creyendo que el país aún se encuentra en la época colonial, de santas inquisiciones y de torquemadas, cuando la verdad es que la iglesia necesita un cambio en ideas más libertarias, dejando atrás su legado arcaico y oscurantistas que llevó a que ese pueblo, al que tanto menciona, viva por siglos en la ignorancia.          

Ya expertos en el tema y opinólogos han señalado que llevar a consulta dichas iniciativas son descabelladas, pues como señala el artículo 32 de la Constitución Política no pueden someterse a consulta popular la supresión o la disminución de los derechos fundamentales de las personas, como así lo son en esos casos.          

Asimismo, ningún congresista o alguna otra figura eclesiástica han dicho esta boca es mía en apoyo a tal barbaridad, por el contraria han mantenido distancia ante tal absurdo.

Por qué mejor y aprovechando la coyuntura de los temas, se hace un referéndum para hacer respetar la laicidad del país o mejor aún, cortar los generosos beneficios que la iglesia católica tiene en el Perú y que, obviamente, podrían ser mejor utilizados en otras carencias.

Pues tal como señala la periodista Claudia Cisneros en un artículo realizado en el diario La República http://larepublica.pe/impresa/opinion/714918-candidatos-respeten-el-estado-laico, las gollerías que tiene la iglesia, además de contar con el papel permisivo del Estado, son realmente escandalosas, entre ellas los más de dos millones y medio de soles que recibe al año o las exoneraciones y privilegios tributarios que le otorgan las leyes vigentes.

Y si bien hacer entender al cardenal que su intromisión en políticas de estado está demás, es también papel de los ciudadanos, sean creyentes o no, no dejarse manipular a la hora de decidir que les concierne, pues apoyar la unión civil o utilizar la píldora del día siguiente son elecciones de uno mismo.

Por último, si tanto le gusta al cardenal entrometerse en los destino del país, que espera, tal como dice la congresistas Indira Huilca, para colgar la sotana y meterse de lleno a la cancha política, aquella donde tanto advenedizo, oportunista y mercachifle ha logrado entrar y donde de seguro se movería como pez en el agua ante los mulderes, becerriles y demás politiqueros que habitan en ese tétrico, chamuscado y doloso lugar llamado Congreso. 
 
El cardenal Juan Luis Cipriani en su discutido programa Diálogos de Fe, donde mezcla su activismo religioso con sus metidas de pata en tema políticos.