Nadie
con dos dedos de frente puede pensar que la interpelación realizada por los ‘parias’
del Congreso al ministro de Educación Jaime Saavedra haya sido para que
responda sobre los cuestionamientos que se vienen dando en la demora de los
trabajos con miras a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Y si bien hasta el
momento la organización de los juegos va a paso de tortuga, esa fue solo una
justificación para colocar a uno de los ministros más eficientes de la era
Humala en el paredón, esto debido a su férrea defensa en la promulgación de la
Ley Universitaria 30220 producida a mediados del 2014.
Como
se sabe, esta nueva ley, además de traer consigo trasparencia y una mejora en
la calidad universitaria, logró tumbarse a la ya fenecida Asamblea Nacional de
Rectores (ANR), institución que, como dijo el ex congresistas y ex presidente
de la Comisión de Educación, Daniel Mora, era un ‘club de amigos’ donde, más
que promover una defensa férrea de la educación superior, existía un
compadrazgo de intereses y favores al mejor postor.
Por
ello, ahora vemos como congresistas de las bancadas más cuestionadas aprovechan
la ocasión para en tono revanchista, y de seguro vinculados a universidades
cuestionadas, pedir la cabeza del titular de Educación para así cambiar la ley
universitaria a su antojo.
Casos
tenemos como el del congresista Osías Ramírez de Fuerza Popular, que tiene como
tío al investigado por lavado de dinero, Fidel Ramírez Prado, dueño de la que
se dice ser la ‘universidad más grande del Perú’, Alas Peruanas; de esa misma
bancada son Miguel Elías Ávalos, hermano del fundador de la Universidad San
Juan Bautista y Guillermo Bocángel Weyder, ex rector de la Universidad Nacional
Hermilio Valdizán de Huánuco, quien fue denunciado por la Superintendencia
Nacional de Educación Superior (Sunedu) por los delitos de usurpación de
funciones y desobediencia a la autoridad.
También
están los hijitos de papá, como Richard Acuña, vicepresidente de la mesa
directiva del Congreso y que como sabemos es el vástago del destacado ‘tesista’,
César Acuña, dueño de la Universidad César Vallejo. Asimismo, según
informaciones del diario La República, existen 20 parlamentarios que tienen
relación laboral en distintas casas de
estudios públicas y privadas.
Caso
aparte, es la del legislador Lucio Ávila Rojas, ex rector de la Universidad
Nacional del Altiplano (UNA) y segundo vicepresidente de la ANR en el periodo
2011-2013, quien, según el blog digital Utero.Pe, cuenta con una retahíla de
denuncias tales como haber obtenido doctorados por dos universidades distintas
con el mismo proyecto de investigación, usar vehículos de la UNA para actos
proselitistas, contar con una sentencia condenatoria por alimentos y, ni bien
instalado en el Congreso, plagiar fragmentos de la Ley de Zofratacna (Zona
Franca de Tacna) para un proyecto de ley que crea la Zona Franca, Comercial e
Industrial de Puno). http://utero.pe/2016/08/16/el-nuevo-presidente-de-la-comision-de-educacion-del-congreso-es-fujimorista-pero-esa-no-es-la-mala-noticia/,
aquí el enlace por si las moscas.
Así
con todo este rosario de irregularidades, el impertérrito Ávila Rojas es
nombrado, gracias a su bancada, presidente de la ‘Coimisión’ de Educación. Quisiera
saber que habrá pasado por la mente del ministro Jaime Saavedra cuando tuvo que
sentarse al lado de este impresentable.
Y
si bien, los cuestionamientos estuvieron dirigidos al retraso de las obras en
las sedes del Panamericano, es verdad que esta interpelación ha logrado moverle
el piso al ministro, una persona con apariencia decente y con los suficientes
pergaminos profesionales, para tener que hacerles frente a una jauría de
comechados, confabuladores y arribistas del cual está lleno nuestro Poder
Legislativo.
Foto: El ministro Jaime Saavedra presentándose ante la Comisión de Educación del Congreso que preside el fujimorista Lucio Ávila. (ANDINA/Vidal Tarqui)