miércoles, 30 de abril de 2014

LOS ASPERGER: VIVIR A SU MANERA


Una condición del desarrollo cerebral muy singular y poco conocida


Una frase que los define muy bien es ‘diferentes, pero inteligentes’. Y es que si algo tienen en común el multimillonario creador de Windows, Bill Gates, con Sheldon Cooper, el físico teórico de la afamada serie The Big Bang Theory, es que son genios, pero a la vez padecen de un trastorno generalizado del desarrollo, el cual presenta conductas obsesivas, dificultades de comprensión motrices y mala relación social, hablamos del Síndrome de Asperger (SA).

 

Descrito hace más de cinco décadas por el pediatra austriaco Hans Asperger, cuando examinó a cuatro niños con ciertas características de autismo, que padecían deficiencias para la comunicación social, aunque sus coeficientes intelectuales eran inexplicablemente altos. El SA empezó a ser tomado en cuenta por psicólogos y psiquiatras recién a fines del siglo XX, esto debido a la complejidad a la hora de su diagnóstico y por erróneamente compararlo con el autismo.

 

La doctora Carla Sandoval Cáceres, presidenta de la Asociación de Familias Peruanas con Miembros Asperger y TGDNE* (FAMASPI), una de las contadas especialistas del tema en el Perú, señala que la principal diferencia de quienes tienen SA, que en promedio afecta en mayor medida a varones, es que piensan distinto al promedio de la gente. “Los Asperger no tienen afectada la parte cognitiva, por eso poseen una inteligencia entre normal y superior, pero si nosotros vemos algo de determinada manera, ellos lo procesan de otra forma. Al no estar dentro del común del pensamiento normal, muchas veces son vistos de forma singular”. Sin embargo –añade la especialista-, son muy astutos, tienen interés en áreas especificas que abarcan la ciencia, la naturaleza, los animales, involucrándose muchísimo en el tema, a tal punto de convertirse en una obsesión.

 

Entre las características usuales que presentan están las dificultades motoras o comprensivas, la escasa interacción social y emocional. Sus patrones del habla son repetitivos con entonación monocorde. Les resulta difícil interpretar las expresiones de la cara y entablar relaciones con personas propias de su edad. Su conducta es repetitiva y se obsesionan por temas poco usuales. Debido al tono inexpresivo al hablar suelen ser considerados por los demás como ‘cerebritos’, lo que origina que les cueste mucho manejar las exigencias sociales de la escuela o el trabajo.

 

No obstante, la doctora Sandoval afirma que más que un padecimiento, el SA es un trastorno neurobiológico, “la persona que tienen el SA nace, se desarrolla y muere con él”. Por ello, si bien no existe un tratamiento farmacológico, aunque en ciertos casos es aconsejable la medicación si el SA va acompañado de problemas de ansiedad, depresión o hiperactividad con déficit de atención; son viables los métodos estimulantes planteados por neuropsicólogos o psicopedagogos, que trabajan sobre la disfasia para mejorar la comprensión lectora, mientras que los aspectos obsesivos deben ser tratados por un psicólogo siempre contando con el apoyo familiar.

 

Asperger no es igual a Autismo

Para diferenciar uno de otro, Sandoval Cáceres nos explica que el autista vive en su mundo y el asperger vive en nuestro mundo pero a su manera, lo que explica que quienes lo tienen pueden incluso hacer una vida común, ir a escuelas normales y contar con un trabajo específico.

 

Lógicamente que para lograrlo es necesario ver las necesidades del mismo e ir trabajando con sus habilidades sociales, enseñarles a reaccionar, a entender sus sentimientos, a ponerse en el lugar del otro, pues los asperger no entienden si una persona esta triste o enojada, lo que los hace ser muy concretos y literales. En definitiva, a eso apunta el trabajo de los especialistas que tratan el SA, pues se puede superar la parte del lenguaje con terapias, pero si las habilidades sociales no se trabajan, las actividades futuras del tipo educacional, laboral o social, serán muy difíciles de sobrellevar.

 

Estrategias terapéuticas más útiles

Si bien los psiquiatras de niños y adolescentes pueden tener el entrenamiento para evaluar, determinar y tratar el trastorno que abarca el asperger, es necesario el trabajo conjunto con los padres y tutores para diseñar programas de tratamiento apropiados y efectivos. Actualmente, el más efectivo es el que envuelve una combinación de psicoterapia, educación especial, modificación del comportamiento y, sobre todo, apoyo emocional.

 

Es claro que la identificación y tratamiento temprano del SA constituyen las claves para obtener un óptimo resultado, el cual debe comprender:

 

-      El mejoramiento de la comunicación social.

-      La estimulación de la autonomía.

-      La prestación de servicio de apoyo para la familia.

-      La creación de un ambiente educativo y laboral seguro que promueva un clima de aceptación.

 

El resultado para los pacientes es generalmente prometedor, debido a su alto nivel de funcionamiento intelectual, muchos de ellos, como ya dijimos, logran hacer una vida común y corriente. Aunque los problemas con la interacción social y la percepción persistirán, pueden también desarrollar relaciones duraderas con la familia y los conocidos.

 

Algo más de historia

Definido en 1944, las observaciones del Síndrome de Asperger fueron ignoradas en buena parte hasta 1981, cuando la doctora Lorna Wing, siguiendo la misma temática que Hans Asperger, comunicó varios casos de niños con inteligencia anormal y problemas sociales similares, acuñando el término SA para diferenciar estos niños de aquellos con autismo clásico. Pero es recién en 1994 que la Asociación Estadounidense de Siquiatría lo reconoce formalmente como una subcategoría definida dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, y publicó sus criterios clínicos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV).
 
(*) Trastornos Generalizados de Desarrollo No Especificados. 

Famosos con Síndrome de Asperger entre ellos destacan: Steven Spielberg, Al Gore, Bill Gates, el personaje de Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory y el cineasta Tim Burton. 
 

 

 

      

 

martes, 22 de abril de 2014

JAMES ELLROY O LA NOVELA NEGRA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN


El actual surgimiento de la novela policial con ese toque noir -género negro tan representativo de los años 40 y 50 del siglo XX-, le debe en gran medida a la creatividad e inspiración de un díscolo escritor que comenzó su periplo literario tardíamente pero que, sin duda, lo ha llevado a convertirse en uno de los principales novelistas de culto de las últimas décadas.

Nos referimos a James Ellroy (Los Ángeles, EEUU, 1948), quien luego de una vida azarosa y complicada, empezó a la edad de treinta años a desentrañar sus fantasmas del pasado gracias a la escritura, quizás la única buena actividad que había aprendido y con la cual, como él dijo alguna vez, lo apartó del flirteo que tenía con la enfermedad mental.

Pues la vida de Ellroy es por sí sola una novela. Nacido en un suburbio de L.A., donde las peleas entre pandillas latinas y la policía, el tráfico de drogas y la prostitución adornaban el paisaje diario. El pequeño James vivió la violencia familiar a temprana edad, su madre era una enfermera con serios problemas con el alcohol y su padre, un contador venido a menos que desfogaba sus diarios ataques de ira en la figura de su mujer.

Por ello, cuando Jean Hilliker Ellroy logró la custodia de su hijo, luego de divorciarse; se mudo a El Monte, un barrio deprimente en las afueras de California. Sin embargo, lo peor estaría por venir cuando una mañana de 1958 el cuerpo de la señora Ellroy es encontrado en un paraje cercano a su casa con signos de haber sido estrangulada. El crimen nunca fue resuelto y el asesino jamás encontrado.

El recuerdo de su madre y la impotencia de no hallar a los culpables llevarían al adolescente James a involucrarse con las drogas y el alcohol, además de ser un ladrón de poca monta y un pervertido sexual que expiaba a las mujeres, introduciéndose en casas para robar comida y ropa interior femenina, razón por la cual pasó un tiempo en prisión.

No obstante, en el trascurso de esos tumultuosos años, Ellroy se convertiría en un ávido lector de novelas policíacas, siendo una de sus favoritas La Credencial: Una historia de Los Ángeles de Jack Webb. Los relatos de ese libro, despertaron en él la fascinación y la obsesión por las historias escabrosas, principalmente por la detallada narración del horrible crimen, cometido en 1947, de una aspirante a actriz llamada Elizabeth Short, a quien los cronistas de esa época llamaron: ‘La dalia negra’.

Identificado con este homicidio, Ellroy escribiría en 1985 el libro que lo llevaría a convertirse en una repentina celebridad de las letras. El título de la obra sería el mismo apodo de la desdicha chica, en un intento explícito de combinar el crimen no resuelto de su madre con el famoso caso que tanto lo sedujo en su juventud. En este se mezclaban paralelamente acontecimientos verdaderos con hechos ficticios y sería el primer éxito del hasta entonces poco conocido escritor.

Años antes y ya recuperado de sus vicios, escribiría, mientras trabajaba como caddy en un club de golf, su ópera prima Réquiem por Brown, que recreaba su propia vida. Pero es con el cuarteto realizado a su ciudad natal: comenzando con La Dalia Negra y siguiendo con El gran desierto, L.A. Confidencial y Jazz Blanco, los cuales comprenden una oscura, bizarra y obsesiva historia de Los Ángeles de mitad de siglo; lo que lo llevaría a convertirse en un autor de culto y ser considerado, en Europa, casi un semidiós cultural del genero noir.

Otra de sus obras cumbres sería Tabloide Americano, calificada en 1995 por la revista Times como novela del año.

Gracias a su narrativa telegráfica, aprovechando la dureza y fuerza que pone en sus frases, cortantes y ambiguas, James Ellroy se ha convertido en uno de los grandes escritores norteamericanos de estos tiempos. Algunos de sus libros han sido adaptados al cine y ya nada queda del procaz y vicioso joven que alguna vez fue. Hoy millonario y viviendo de las regalías de sus obras en su rancho de Kansas City, se puede decir que venció a la oscuridad con el talento innato de escribir.
 

Foto 1: James Ellroy, tal como luce actualmente.

Foto 2: La noticia de la muerte de su madre (al margen izquierdo) acaparó titulares de la época.

martes, 15 de abril de 2014

FUMANDO ESPERO A LA MUERTE QUE QUIERO…


El cáncer de pulmón entre las neoplasias más frecuentes en el Perú

Hoy en día las regulaciones antitabaco han logrado que la gente tome conciencia del peligro que el cigarro ocasiona en nuestro organismo. Dichas leyes permitieron que con los años fumar sea visto como un mal hábito, las grandes compañías tabacaleras tuvieron que poner –a regañadientes- advertencias en sus productos indicando que era malo para la salud y poco a poco el vicio fue prohibido en todos los lugares públicos.

Sin embargo hubo un tiempo en que fumar era sinónimo de clase, seguridad y distinción. En aquellas épocas (desde las primeras décadas hasta los años 70 del siglo pasado) las luminarias del cine, bellas y hermosos, no tenían reparos en salir con un cigarrillo en la mano ya sea en la pantalla grande o en cualquier acontecimiento hollywodense, dentistas y deportistas reconocidos, aconsejaban que cigarro era el de mejor sabor y filtro, e incluso los niños podían encontrar dulces y caramelos que parecían cigarros, con paquete y todo.

Pero todo cambio el 11 de enero de 1964, cuando el entonces ministro de Salud de los EEUU, Luther Terry presentó un informe en donde señalaba que fumar causaba enfermedades peligrosas en los consumidores y en la mayoría de casos originaba la muerte.

Actualmente, todos conocemos los efectos devastadores del cigarro, que van desde enfermedades al corazón y del aparato respiratorio hasta el terrible cáncer, pues como señala el doctor Carlos Lozada Saco, médico y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Alas Peruanas, por cada cigarrillo que una persona fuma, se aspira una mezcla de sustancias tóxicas compuesta por químicos, tales como el arsénico, cianuro y monóxido de carbono.

“Eso no es todo, al ser el tabaco un compuesto fabricado con nicotina (hojas de la planta 'nicotinia tabacum') dicha sustancia al absorberse pasa de la sangre al cerebro en pocos segundos y por su condición de estimulante puede transformar en poco tiempo a una persona en fumador compulsivo”, nos dice el especialista.

En el Perú el cáncer de pulmón es uno de los cinco tipos más frecuente de este mal y ataca no solo a los fumadores sino a aquellos que sin serlo aspiran el vaho que deja a su paso (fumadores pasivos), y si esto se hace en ambientes cerrados, tarde o temprano se verán las consecuencias. Los tiempos cambian y ya es hora de erradicar este vicio que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) mata a 6 millones de personas al año, pero para lograrlo primero depende de uno mismo.