Una
condición del desarrollo cerebral muy singular y poco conocida
Una frase que los define muy bien es ‘diferentes, pero inteligentes’. Y es
que si algo tienen en común el multimillonario creador de Windows, Bill Gates,
con Sheldon Cooper, el físico teórico de la afamada serie The Big Bang Theory,
es que son genios, pero a la vez padecen de un trastorno generalizado del
desarrollo, el cual presenta conductas obsesivas, dificultades de comprensión
motrices y mala relación social, hablamos del Síndrome de Asperger (SA).
Descrito hace más de cinco décadas por
el pediatra austriaco Hans Asperger, cuando examinó a cuatro niños con ciertas
características de autismo, que padecían deficiencias para la comunicación
social, aunque sus coeficientes intelectuales eran inexplicablemente altos. El
SA empezó a ser tomado en cuenta por psicólogos y psiquiatras recién a fines
del siglo XX, esto debido a la complejidad a la hora de su diagnóstico y por
erróneamente compararlo con el autismo.
La doctora Carla Sandoval Cáceres,
presidenta de la Asociación de Familias Peruanas con Miembros Asperger y TGDNE*
(FAMASPI), una de las contadas especialistas del tema en el Perú, señala que la
principal diferencia de quienes tienen SA, que en promedio afecta en mayor
medida a varones, es que piensan distinto al promedio de la gente. “Los
Asperger no tienen afectada la parte cognitiva, por eso poseen una inteligencia
entre normal y superior, pero si nosotros vemos algo de determinada manera,
ellos lo procesan de otra forma. Al no estar dentro del común del pensamiento
normal, muchas veces son vistos de forma singular”. Sin embargo –añade la
especialista-, son muy astutos, tienen interés en áreas especificas que abarcan
la ciencia, la naturaleza, los animales, involucrándose muchísimo en el tema, a
tal punto de convertirse en una obsesión.
Entre las características usuales que
presentan están las dificultades motoras o comprensivas, la escasa interacción
social y emocional. Sus patrones del habla son repetitivos con entonación
monocorde. Les resulta difícil interpretar las expresiones de la cara y
entablar relaciones con personas propias de su edad. Su conducta es repetitiva
y se obsesionan por temas poco usuales. Debido al tono inexpresivo al hablar
suelen ser considerados por los demás como ‘cerebritos’, lo que origina que les
cueste mucho manejar las exigencias sociales de la escuela o el trabajo.
No obstante, la doctora Sandoval
afirma que más que un padecimiento, el SA es un trastorno neurobiológico, “la
persona que tienen el SA nace, se desarrolla y muere con él”. Por ello, si bien
no existe un tratamiento farmacológico, aunque en ciertos casos es aconsejable
la medicación si el SA va acompañado de problemas de ansiedad, depresión o
hiperactividad con déficit de atención; son viables los métodos estimulantes
planteados por neuropsicólogos o psicopedagogos, que trabajan sobre la disfasia
para mejorar la comprensión lectora, mientras que los aspectos obsesivos deben
ser tratados por un psicólogo siempre contando con el apoyo familiar.
Asperger
no es igual a Autismo
Para diferenciar uno de otro, Sandoval
Cáceres nos explica que el autista vive en su mundo y el asperger vive en
nuestro mundo pero a su manera, lo que explica que quienes lo tienen pueden
incluso hacer una vida común, ir a escuelas normales y contar con un trabajo
específico.
Lógicamente que para lograrlo es
necesario ver las necesidades del mismo e ir trabajando con sus habilidades
sociales, enseñarles a reaccionar, a entender sus sentimientos, a ponerse en el
lugar del otro, pues los asperger no entienden si una persona esta triste o
enojada, lo que los hace ser muy concretos y literales. En definitiva, a eso
apunta el trabajo de los especialistas que tratan el SA, pues se puede superar
la parte del lenguaje con terapias, pero si las habilidades sociales no se
trabajan, las actividades futuras del tipo educacional, laboral o social, serán
muy difíciles de sobrellevar.
Estrategias
terapéuticas más útiles
Si bien los psiquiatras de niños y
adolescentes pueden tener el entrenamiento para evaluar, determinar y tratar el
trastorno que abarca el asperger, es necesario el trabajo conjunto con los
padres y tutores para diseñar programas de tratamiento apropiados y efectivos.
Actualmente, el más efectivo es el que envuelve una combinación de psicoterapia,
educación especial, modificación del comportamiento y, sobre todo, apoyo
emocional.
Es claro que la identificación y
tratamiento temprano del SA constituyen las claves para obtener un óptimo
resultado, el cual debe comprender:
- El
mejoramiento de la comunicación social.
- La
estimulación de la autonomía.
- La prestación
de servicio de apoyo para la familia.
- La creación de
un ambiente educativo y laboral seguro que promueva un clima de aceptación.
El resultado para los pacientes es
generalmente prometedor, debido a su alto nivel de funcionamiento intelectual,
muchos de ellos, como ya dijimos, logran hacer una vida común y corriente.
Aunque los problemas con la interacción social y la percepción persistirán,
pueden también desarrollar relaciones duraderas con la familia y los conocidos.
Algo
más de historia
Definido en 1944, las observaciones
del Síndrome de Asperger fueron ignoradas en buena parte hasta 1981, cuando la
doctora Lorna Wing, siguiendo la misma temática que Hans Asperger, comunicó
varios casos de niños con inteligencia anormal y problemas sociales similares,
acuñando el término SA para diferenciar estos niños de aquellos con autismo
clásico. Pero es recién en 1994 que la Asociación Estadounidense de Siquiatría
lo reconoce formalmente como una subcategoría definida dentro de los Trastornos
Generalizados del Desarrollo, y publicó sus criterios clínicos en el Manual
Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV).
Famosos con Síndrome de Asperger entre ellos destacan: Steven Spielberg, Al Gore, Bill Gates, el personaje de Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory y el cineasta Tim Burton.
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